DEDICATORIAS
A mi padre Hugo Comparini Boni,
habitante perenne y
Enredadera constante: amor más allá
del éter
A mi madre Elena Salas Yévenes, musa
eterna de Hugo, receptáculo de amor
Amantes por siempre danzando en mis
poemas y perdidos en los atardeceres bailando un tango de Gardel.
A mis amadas hijas: semillas hechas
de sangre y amor, cuyas existencias son la razón y fuerza para continuar:
Pamela Monnina Comparini Méndez y Mariela Alejandra Ortega Comparini
A mi pequeña hija Lady Inés Méndez Comparini,
cuya existencia marcó mi vida y la iluminó
durante siete meses. Aunque mis brazos no pudieron arrullarla, vive en mi
poesía.
A Leonel O’Kuinghttons Ocampo, quien
fuera el gestor de la publicación de este libro, como una muestra de su amor,
este mi primer hijo literario.
No obstante que fuimos compañeros de
vida por 18 años, no alcanzamos a tocar la estrella binaria. Pero queda el
recuerdo de hermosos momentos compartidos y una bonita amistad.
A mi amigo y Maestro, el poeta
Osvaldo Ulloa Sánchez, que me ayudó a crecer en lo humano y literario; pero más
que nada me ha conmovido por su capacidad para Amar y sentir al desamparado, al
que sufre…a amar en macro.